No sé por qué no grité
cuando ví que llegó el centro
y la peinaste sabiendo
que moriría en la red.

No sé por qué cuando fuiste
festejando a los alambres
un grito amagó a brotarme
y lo apreté con los dientes.

No sé por qué
no esperé que terminara el partido.
No sé de dónde
era el frío que me encimó en la Colombes.

No sé por qué
no compré el choricito habitual
y no encendí la Oriental
pa' revivir la emoción.

No sé en quién iba pensando,
por qué fuí tan distraído,
y en el ómnibus vacío
perdí mi gorrito hincha.

Yo te admiro desde años,
si te tengo en el taller,
pegado junto a Gardel
en la pared del vestuario.

Pero a veces pienso cosas,
como cuando leo el diario
y allí sale que un gol tuyo
es diez veces mi salario.

Alguno puede pensar
que es porque envidio tu gloria,
pero entre lo que no sé
sé que es muy vieja esa historia.

Hoy de nuevo en el taller
no sé qué fué que sentí
cuando de nuevo te ví
despreocupado, sonriente.

Vos me mirabas feliz,
yo fuí a marcar como siempre,
cuando sentí de repente
que me quedaba en orsei.

No sé qué fué que pasó,
los muchachos preguntaron
cuando vieron sólo al Mago
sosteniendo la pared.

Mauricio Ubal





Rumbo - Orséi (Para un Gran Goleador)