Pare, primo, la canoa,
que me parece que llora
la chinita allá en la orilla;
que no es una pesadilla,
despierto tú puedes ver,
que somos nosotros los
que lo están matando, sí.
¡Qué molleja primo,
tan cristalino que estaba
el lago ayer!
No es el palafito
lo que está matando
todo lo que hay en él.

Pare, primo, la canoa,
que me parece que llora
el pescador allá en la orilla;
si le matan la semilla
¿quién la vida le dará?
No hay flores en la ribera,
sólo peces muertos hay.
¡Qué molleja primo,
tan cristalino que estaba
el lago ayer!
No es el palafito
lo que está matando
todo lo que hay en él.

La guitarra enamorada de Armando
llorando su cocotero,
cuando en la rada se puso negro el lago,
estando azulito el cielo.
La inocencia no mata al pueblo,
pero tampoco lo salva;
lo salvará su conciencia,
y en eso me apuesto el alma.

Pare, primo, la canoa,
que me parece que llora
la chinita allá en la orilla;
que no es una pesadilla,
despierto tú puedes ver,
que somos nosotros los
que lo están matando, sí.
¡Qué molleja primo,
tan cristalino que estaba
el lago ayer!
No es el palafito
lo que está matando
todo lo que hay en él.

La guitarra enamorada de Armando
llorando su cocotero,
cuando en la rada se puso negro el lago,
estando azulito el cielo.
La inocencia no mata al pueblo,
pero tampoco lo salva;
lo salvará su conciencia,
y en eso me apuesto el alma.

Pare, primo, la canoa,
que me parece que llora
el pescador allá en la orilla;
si le matan la semilla
¿quién la vida le dará?
No hay flores en la ribera,
sólo peces muertos hay.
¡Qué molleja primo,
tan cristalino que estaba
el lago ayer!
No es el palafito
lo que está matando
todo lo que hay en él.

Alí Primera


Los Zucará - Coquivacoa