El sol que sale, y sin embargo el frío,
y por los mundos te busco en vano
entre adoquines de espanto y casas cansadas,
y puertas olvidadas de su voz.

Mis pasos suenan en el alba muda
y no hay conejos en tu balcón
y la soledad, gata mía, en el umbral
de una catedral de sueños.

Cómo quisiera escribir una canción
que te volviera loca,
y volarte tres años atrás,
mujer flaca.

Que no asesine el movimiento muerto de los días
tus versos limpios en el cementerio,
escudriñando entre lápidas hebreas
el nombre del nombre que tuvo la risa.

Un cielo cínico de planos grises y enfriados
cubre la plaza como un cielo raso,
ya no hay mañana esta mañana por aquí
bajo las rotas mejillas de abril.

Cómo quisiera escribir una canción
que me volviera otro,
o yo mismo tres años mejor,
mujer flaca.

De tu ventana hasta aquel jueves santo cuánto queda,
aquel milagro de carretera,
con el pulgar paralelo a la sonrisa
y tú temblándome en el costado.

Cómo quisiera escribir un vuelo
para volver, y un canto
que nos corra el olvido y el fin,
mujer flaca.
Eduardo Darnauchans


Eduardo Darnauchans - Balada para una mujer flaca