Me enrosco en tus ancas fuertes
y en tus ternuras, mi negra.
Me gusta vivir la vida
entregándome a la suerte,
pa' no tener tanto miedo
cuando me abrace la muerte.

Será porque tengo el cuerpo
llenito de madrugadas,
que busco una muerte viva,
jamás una muerte mansa,
o será que no se eligen
estos barullos del alma.

Atrás de la enamorada
anda el que esta enamorando;
detrás de mi vida, negra, corren
los que van matando.

Con chorros de mariposas
enamoramos la vida,
entre sábanas calientes,
promesas y despedidas,
y bajo cada aletazo
anda la muerte escondida.

Angelito de Bosteco,
ventanita de un verano,
me enseñaste la tristeza
cuando soltaste mi mano.

Quedarás con los mariachis,
cantarás en las trompetas,
y yo me marcho solito,
llorando porque me cuesta.

La muerte no tiene manos,
la vida se las quitó,
pero le dejó la boca
y le dice: "ven mi amor".

Muerte que anda de amargura
como si se lo pidiera,
déjeme un ratito solo
pa' arreglarme con mis penas.

Le juro que si se ensaña, muerte,
con mi corazón,
el día que me caliente
entro a perseguirla yo.

¿Con quién se moja la muerte
que nunca chupa conmigo?
y amigo de buena vida
no le importa ni un comino.

¿A dónde se irá la muerte
que salió en punta de pie?
- !No me interesa compadre!,
ya lo sabremos después.

La muerte andaba rondando,
quién sabe dónde andará.
No me dejes alegría,
no te vayas vida mía,
que esta puta vieja y fría
nos tumba sin avisar.
José Carbajal


José Carbajal - La muerte