Ya me desalmé por adorarte,
me redime el eco de tu voz,
ya me ensombrecí en glorias de amante,
me sedujo andar sin corazón.

Fui perdiendo el hilo en cada pausa,
retomé el papel sin dirección.

Repaso las escenas,
corrijo nuestras partes,
retuerzo personajes,
y estoy tan lejos de aplaudir.

Ni una luna de Cúneo latiendo en tu ventana,
ni una saeta blanca, ni rosas en tu almohada,
nada ni nadie puede,
irreversible.

Quiero enmudecer la última escena
y no saber de nada y no saber,
casi fui una estrella y ahora quiero
aplaudir y apagarme después.

Repaso las escenas,
corrijo nuestras partes,
retuerzo personajes,
y estoy tan lejos de aplaudir.

Ni una luna de Cúneo latiendo en tu ventana,
ni una saeta blanca, ni rosas en tu almohada,
nada ni nadie puede,
irreversible.

Ni una luna de Cúneo latiendo en tu ventana,
ni una saeta blanca, ni rosas en tu almohada,
nada ni nadie puede,
irreversible.

Garo Arakelián


La Trampa - Irreversible