De sombrero blanco y con zapatos de charol
y una linda flor en la solapa,
pasa sigiloso por el viejo callejón,
y los gatos negros se agazapan.

Suelta una blanca sonrisa,
como un puñal de marfil (blanco puñal).
Cuando las viejas lo escuchan venir,
meten sus niñas en el zaguán.

Dicen que las mira con los ojos de un halcón,
y les habla suave en la penumbra;
que las enamora, que es un negro timador,
y por el altar no pasa nunca.

Cuando una novia suspira, otra pasea con él,
p'al Mediomundo en tranvía se fue,
tiene dos novias, Bartolomé,
dice que tiene dos novias.

Dos novias, dos novias,
a falta de una tiene dos,
¡qué señorito compadrón!
Dice que tiene dos novias.

Dos novias, dos novias,
a falta de una tiene dos,
¡qué señorito compadrón!
Dice que tiene dos novias.

Fíjese usted: el pobre Bartolomé
se pasa el día de amores y sin comer,
y sin embargo se alegra.

Fíjese usted: el pobre Bartolomé,
dicen que es fácil su vida, pero no ven
que el pobre tiene dos suegras.

Dos suegras, dos suegras,
a falta de una tiene dos,
¡ay qué castigo del Señor!
Dice que tiene dos suegras.

Dos novias, dos novias,
a falta de una tiene dos,
¡qué señorito compadrón!
Dice que tiene dos novias.

Dice que tiene dos novias...
Dice que tiene dos novias...

A cada novia una flor (pa' que se sienta querida),
y una cartita de amor (para cada prometida).
Vale más que tenga dos (por si una de ellas lo olvida),
si una vela se apagó (la otra queda prendida).
¡Qué muchacho compadrón!(¡Qué buena vida!)

Tabaré Cardozo


Tabaré Cardozo - Dos novias