Somos apenas un soplo de brisa
en la cornisa de la eternidad,
ángeles rotos con alas de palo,
con el regalo de la ingenuidad.

Emperadores jugando de manos,
clarividentes cambiando el canal,
una pelea de primos hermanos,
en este corso de la mezquindad.

Nada de nada quedará,
cuando termine carnaval.
Cerca de tu pelo puse una alelí,
dame tu consuelo, mujer de organdí.

En esta esquina del mundo perdido,
hemos crecido con un antifaz,
las serpentinas y los papelitos,
y el infinito perdiéndose atrás.

Altoparlantes gritando tu nombre,
miles de hombres vendiendo el disfraz,
gente cazando una luna de lata,
la escalinata de la vanidad.

Nada de nada quedará,
cuando termine carnaval.
Cerca de tu pelo puse un alelí,
dame tu consuelo, mujer de organdí.

Ni esos demonios, ni reyes, ni dioses,
oyen las voces gritando a sus pies,
y en las tormentas del mar desangrado,
han olvidado tu barco de nuez.

Niño, bigotes de corcho quemado,
de tu tablado la luz nacerá,
viejo murguero con alma de niño,
de tu designio saldrá la verdad.

Nada de nada quedará,
cuando termine carnaval.
Cerca de tu pelo puse un alelí,
dame tu consuelo, mujer de organdí.

Tabaré Cardozo


Tabaré Cardozo - La escalinata de la vanidad