Cuando se puso la luna
como la brisa se fue,
aunque no vuelva ya nunca,
esperando seguiré.

Amor marchando con pena,
con penas también quedé.

Cuando en mis sueños te veo,
tan blanca, llegar a mí,
ay, qué triste despertar,
pues sé que no estás aquí.

Amor marchando con pena,
con penas también quedé.

Reposa ahora un segundo,
y deja que lo haga yo,
aunque lejano tu pecho,
yo lo siento palpitar.

Amor marchando con pena,
con penas también quedé.

Víctor Cunha


Eduardo Darnauchans - Baladetta