Cecilia,
bebe tu copa y muéstrame
cómo en el rosado de tu placer
me puedo meter.

Rodaba ya una alegría eterna,
en aquel bar de ayer,
cuando soñábamos amanecer,
piel contra la piel.

Y no queda serenata alguna
para calmar tu sed,
si sigues soñando el amanecer,
piel contra la piel.

No queda trago o copa alguna
para calmar tu sed,
vientre contra vientre
que hay que mover,
tiene que doler.

Buenos Muchachos


Buenos Muchachos - Cecilia