Empezaron a soñar con el regreso
en la puerta principal del aeropuerto,
las valijas repletas de ilusiones,
los bolsillos vacíos y con miedo.
Se llevaron de memoria “El Obelisco”,
las siluetas de la “Plaza Libertad”,
y en el medio del pecho la nostalgia
para abrirla en un regalo en Navidad.

Los “Hijos de Gardel” nunca pensaron
que aquello de "Volver" era real
se agarraron al lugar con alfileres
y dejaron las valijas sin guardar.

Sobre todo hablan siempre en uruguayo
aunque nadie los entienda ¿qué más da?
y practican el despegue a cada rato
cuando ven que con sus hijos es igual.
Cada tanto les mandamos unas fotos
con “La Rambla” o “Sarandí Peatonal”
para hacerles más liviano el desapego
al país donde se fueron a emigrar.

Los Hijos de Gardel nunca pensaron
que aquello de "Volver" era real
se agarraron al lugar con alfileres
y dejaron las valijas sin guardar.

Pero hay otros que se fueron sin recuerdos
aunque el alma les doliera casi igual,
se llevaron sólo el "Vos" de polizonte
y dejaron olvidado el "Ta" y el "Chau".
Tienen hijos en París, en Barcelona,
que conocen Uruguay de una postal,
en la casa sólo se habla en otro idioma
y el origen sólo está en la credencial.

Los Hijos de Gardel siempre supieron
que la patria es algo más que identidad,
se agarraron al lugar como pudieron
y mandaron las valijas al desván.

Laura Canoura - Alberto Magnone


Laura Canoura - Los hijos de Gardel

Laura Canoura - Los hijos de Gardel