Sobre la correntada
el río clavó una espada
derribando el terraplén.
Sombras atormentadas
debajo de la frazada
en el arca de Noé.

Lugareños temen evacuar,
bucaneros salen a robar,
forasteros vienen a mirar,
paraderos por averiguar.

Ojos que no ven nada,
luciérnagas desquiciadas,
y un farol a kerosén.
Oigan rolar el agua,
la música del fantasma
arañando la pared.

Balsas que navegan la ciudad,
gracias por la caridad,
balas en la puta oscuridad,
traumas para superar.

Alejandro Balbis


Alejandro Balbis con Piti Fernández - La correntada