Volvió a sonar la sirena del viejo tablado,
adoquines muertos vuelven a vivir,
no importó la noche negra y misteriosa,
melodías nuevas se empiezan a oír,
y entre las voces tomó la palabra
un acorde claro de notas sencillas,
y la calle grande, sufrida y generosa
sintió que el respeto perdía su silla.

Volvió a sonar la sirena del viejo tablado,
no importó la noche negra y misteriosa,
y el cielo asombrado de música y calor
con lluvia de notas gritó la canción.

Volvió a sonar la sirena del viejo tablado,
no importó la noche negra y misteriosa,
y la calle grande, sufrida y generosa
con lluvia de notas gritó la canción,
con lluvia de notas gritó la canción,
con lluvia de notas gritó la canción.

Miguel López


Rumbo - Viejo tablado