Cómo me gusta el tambor,
y esa muchacha lo sabe,
viene a jugar con la clave,
y a pedirme, "por favor
tocame aquella, mi amor,
que me pone como loca",
dice mientras me provoca
meneándome la cadera,
y el ruedo de su pollera
pasa rozando mi boca.

Con la clave no se juega,
y con el fuego tampoco,
si tu me vuelves muy loco
y a tí la pasión te ciega,
y a todo eso le agregas,
chiquita, tanto esplendor,
acércate a mi tambor,
lo tomaré como halago,
y te beberé de un trago,
el que avisa no es traidor.

El que avisa no es traidor,
te voy a beber de un trago.
El que avisa no es traidor,
te voy a beber de un trago.

El que avisa no es traidor,
te voy a beber de un trago.
De un trago voy a beberte,
a ver si de tí me embriago.

El que avisa no es traidor,
te voy a beber de un trago.
Y bebiendo de tu río
la sed que te tengo, apago.

El que avisa no es traidor,
te voy a beber de un trago.
Nunca hubo mujer más linda
en San Felipe y Santiago.

El que avisa no es traidor,
te voy a beber de un trago.
En los mares de tu amor
no me importa si naufrago,
y si naufrago, ¡mejor!

Roberto Darvin


Roberto Darvin - El que avisa no es traidor