No aprendí a tocar candombe solamente porque sí,
lo robé de las paredes del barrio donde nací.
Lo robé de las paredes del barrio donde nací.

Y de la tristeza de una Mama Vieja,
se escapó el candor que hoy vive en mí,
fue en un entrevero, vino, caña y cielo,
y un Montevideo no tan gris.

No aprendí a tocar candombe solamente porque sí,
lo robé de las paredes del barrio donde nací.
Lo robé de las paredes del barrio donde nací.

Y de la tristeza de una Mama Vieja,
se escapó el candor que hoy vive en mí,
fue en un entrevero, vino, caña y cielo,
y un Montevideo no tan gris.

Fue en un entrevero, vino, caña y cielo,
y un Montevideo no tan gris.

Eduardo Nieves


Pareceres - De una tristeza