Por un sendero de rosas
perdiste toda la vida,
creíste en muchas cosas
y eran todas mentira.
Y no dudaste en hacerlo,
todo fue tan bonito.
En un sendero de rosas
perdiste toda la vida.

Apuradita salías,
tan perfumada y coqueta,
"tengo derecho", decías,
de cargar todo a mi cuenta,
y no pediste consejo,
despreciando los ruegos
de quienes te hicieron rosa,
una rosa consentida.

Y en un sendero de rosas
perdiste toda la vida
de quienes te hicieron rosa,
una rosa consentida.

Gastón Ciarlo


Dino - Sendero de rosas