Prendí la radio como en un ritual
pagano, misterioso y futbolero,
crucé los dedos una vez más,
por los colores de mi amor.

Entró mi cuadro, hoy salió a matar,
explota el mundo y yo me muero,
por la galena los escucho entrar,
que me reviente el corazón.

Estoy ahí,
ya sé que no, pero yo estoy ahí,
si el tipo de la radio me lo cuenta
remonto en cada gol una cometa,
ya sé que no, pero yo estoy ahí.

Tras los pretiles de la soledad,
o los barrotes fríos de una celda,
sobre el silencio del hospital,
el grito gris del cantegril.

Cruza los muros de la razón,
detiene el tiempo y la amargura,
como una luz lejana es esa voz
que hace soñar a mi país.

Estoy ahí,
ya sé que no, pero yo estoy ahí,
si el tipo de la radio me lo cuenta
remonto en cada gol una cometa,
ya sé que no, pero yo estoy ahí.

El mensajero que rompió su voz,
llorando en mil hazañas imposibles,
pintó gambetas en mi corazón
con su presagio magistral.

De sus palabras aprendí a esperar
algún milagro inesperado,
la vieja radio volverá a gritar
el gol furioso del final.

Estoy ahí,
ya sé que no, pero yo estoy ahí,
si el tipo de la radio me lo cuenta
remonto en cada gol una cometa,
ya sé que no, pero yo estoy ahí.

Estoy ahí,
ya sé que no, pero yo estoy ahí,
si el tipo de la radio me lo cuenta
remonto en cada gol una cometa,
ya sé que no, pero yo estoy ahí.

Tabaré Cardozo


Tabaré Cardozo - El tipo de la radio